Por: Rodrigo Pérez-Alonso
La pandemia del COVID-19 vino a degradar una ya de por sí complicada situación para la economía mexicana. De acuerdo con el INEGI, la economía mexicana lleva cinco trimestres consecutivos con crecimiento negativo desde el primer trimestre de 2019. Aunado a ello, la actividad económica ha estado virtualmente detenida desde octubre de 2018, cuando el Gobierno entrante del Presidente López Obrador anunció la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco.
El INEGI publica trimestralmente las cifras de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), las cuales muestran este decrecimiento incremental hasta el primer trimestre de 2020. Sin embargo, en el segundo trimestre de 2020 el decrecimiento histórico ante el shock de demanda y oferta por el confinamiento de la población ante la pandemia del COVID-19.
Fuente: INEGI
En ese sentido, países miembros del Grupo de las 20 economías más grandes del mundo entre las que se encuentra México, implementaron medidas de política fiscal para aminorar los efectos de este shock en la oferta y demanda. Sin embargo, de acuerdo con datos recopilados por Statista, México se encuentra en el último lugar de países en cuanto a medidas fiscales adoptadas para aminorar los efectos de esta crisis.
Fuente: Statista.com
Ante este escenario económico, el Ejecutivo Federal deberá presentar en los próximos días ante el Congreso de la Unión, a más tardar el 8 de septiembre, el proyecto de paquete económico previsto en la Constitución mediante el cual se establecen los ingresos y egresos de la Federación.
Los pre-criterios de Política Ecónomica, presentados por la Secretaría de Hacienda en abril de este año estiman, en forma conservadora, una caída de 65.4 miles de millones de pesos en ingresos y un déficit del gasto público del 3.5% del PIB, o 340.4 miles de millones de pesos. Desde aquella fecha, las previsiones de finanzas públicas habrán tenido una disminución significativa.
La gran interrogante es, ante las declaraciones del Gobierno en el sentido de que no se endeudará más, de dónde se subsanará ese déficit para cubrir las obligaciones de los grandes proyectos que está impulsando.