El Sector Salud en México: La crisis previa al COVID-19

Apr152020

Por: Staff Koalsulting.

Hoy en día, México y el mundo viven una situación de emergencia sanitaria como consecuencia del COVID-19. Las autoridades sanitarias enfatizan con mayor vehemencia la corresponsabilidad de los ciudadanos para atender las recomendaciones y confinarse voluntariamente en sus hogares. Sin embargo, es necesario profundizar la concientización social acerca de dos factores de riesgo en nuestro país:

Características poblacionales. El COVID-19 no discrimina por edad, ya que el 73% de los casos positivos en México oscila entre los 25 y 59 años, mientras que los menores de 25 y los mayores de 60 años representan el 7.3 y 19.4% respectivamente.[1]

En otras palabras, cualquier persona puede contraer el virus, pues a diferencia de lo que se creía inicialmente, la población más vulnerable en la pandemia no es un nicho tan reducido: adultos mayores (8% de la población)[2], personas con diabetes (13%)[3] e hipertensión arterial (25%)[4]^,[5]. Vale la pena destacar que uno de los grupos con mayor riesgo a desarrollar enfermedades graves, son las personas mayores de 15 años con alta tasa de obesidad (72.5%)[6].

Condiciones del sistema de salud pública. Al menos 19 millones de mexicanos (15% de la población) no están afiliados a un servicio de salud.[7] A su vez, 4 de cada 5 personas que cuentan con acceso a la atención médica dependen principalmente del servicio público (IMSS e ISSSTE, entre otras)[8], por lo que la mayor cantidad de contagiados de COVID-19 serán tratados en clínicas gubernamentales. Esta situación no es muy alentadora si se considera que entre 50 y 56% de los usuarios del ISSSTE e IMSS no están satisfechos con el servicio que proporcionan.[9]

Lo anterior se explica por el bajo gasto en salud en México (5.5% del PIB), especialmente si se compara con el promedio de la OCDE (8.8%)[10] y con otros países de Latinoamérica, como Brasil (8.8%), Chile (8.1%), Costa Rica (8.2%) y Uruguay (9.2%).[11] Esto repercute en una menor capacidad de atención médica, por ejemplo, por cada mil habitantes, México cuenta con 1.4 camas de hospital (la OCDE promedia 4.7), con 2.4 médicos (la OCDE promedia 3.5) y 2.9 enfermeros (la OCDE promedia 8.8).[12] Como resultado, la mortalidad por causas tratables por cada 100 mil habitantes es significativamente más elevada en México (155) respecto a la OCDE (75).

Si bien es cierto que los factores mencionados representan el panorama actual del sector salud, es necesario destacar que este contexto es resultado de las decisiones de Estado y las estrategias sectoriales ejecutadas durante la última década. Desafortunadamente, la suma de los inconvenientes del pasado podría potenciar el riesgo que hoy representa el COVID-19.

La tendencia de los datos mas recientes indica que, en los próximos días, el virus se esparcirá con más contagios comunitarios en todo el territorio nacional, lo que dará lugar al anuncio de la Fase 3 de la pandemia. Este escenario será el más crítico, pues existe la posibilidad que el número de contagiados rebase la capacidad técnica e institucional del sector salud para atenderlos. Esto podría tener un par de implicaciones: por un lado, reducir la cantidad de pacientes curados con éxito y, por otro, extender (aún más) el plazo de la Jornada Nacional de Sana Distancia.

Hoy en día la economía mexicana ya resiente el impacto del COVID-19, pero el periodo más difícil vendrá en los siguientes meses, pues se vislumbra una recesión económica mundial con el potencial de eclipsar la crisis financiera de 2008. No obstante, la magnitud de la debacle en materia económica y de salubridad dependerá en gran medida de las decisiones y acciones que emprenda el Estado mexicano en las próximas semanas.

En el corto plazo, los ciudadanos debemos asumir nuestra responsabilidad para mitigar los efectos de la pandemia, quedándonos en casa y siguiendo las recomendaciones de las autoridades. En el mediano y largo plazo, será responsabilidad del gobierno de México aprender de esta lección para brindar una mejor calidad en el servicio público de salud, enfocar los esfuerzos en la prevención de enfermedades y hacer un uso más eficiente de los recursos públicos.

[1] Secretaría de Salud (SSA 2020). Informe Técnico COVID-19 del 10 de abril 2020.

[2] Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval 2018). Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

[3] Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE 2019). Health at a Glance 2019. En:

www.oecd.org/health/health-systems/Health-at-a-Glance-2019-C%C3%B3mo-se-compara-M%C3%A9xico.pdf

[4] SSA (2016). Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino. En:

www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/209093/ENSANUT.pdf

[5] Gaceta UNAM (2019). Con hipertensión, 31 millones de mexicanos. En:

www.gaceta.unam.mx/con-hipertension-31-millones-de-mexicanos/

[6] Op cit. OCDE 2019

[7] Coneval (2018). Estudio Diagnóstico del Derecho a la Salud, pág. 19. En:

www.coneval.org.mx/Evaluacion/IEPSM/Documents/Derechos_Sociales/Diag_derecho_Salud_2018.pdf

[8] Celis, F. (2018). El 21% de personas en México no cuenta con servicios de salud. Publicado en Forbes México. En: www.forbes.com.mx/el-21-de-personas-en-mexico-no-cuenta-con-servicios-de-salud/

[9] Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI (INEGI 2017). Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG). En: www.inegi.org.mx/contenidos/programas/encig/2017/doc/encig2017_principales_resultados.pdf

[10] Op cit. OCDE 2019

[11] Wallace (2020). Coronavirus: qué capacidad tienen realmente los países de América Latina para hacer frente a la epidemia de covid-19, publicado en BBC Mundo. En: www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51916767

[12] Op cit. OCDE 2019